EL OCASO DE UN SUEÑO: MASERATI BITURBO

Era un 14 de diciembre cuando Maserati presentó a la prensa uno de sus modelos más polémicos de su larga historia: el Maserati Biturbo. Serio competidor del BMW serie 3, así se mostró al mercado ofreciendo un motor V6 biturbo. Una berlina de propulsión motorizada por un motor V6 biturbo con un cambio ZF de cinco velocidades. En el interior se encontraba un símil sintético que decoraba parte del salpicadero y de las puertas, mientras que en el centro era coronado (como es tradición en la marca) por un reloj elegante.

A los periodistas lo primero que les impacto fue el enfoque que le había dado el fabricante a este modelo, de aspecto pobre en comparación con la Maserati anterior a los años 70. Esto se debió a la crisis del petróleo, que forzó al mercado automovilístico a tomar medidas y a la situación económica en la que vivía la empresa y que De Tomaso intentó mejorar. Ford, por ejemplo, en aras de reducir el consumo de combustible y los costes de producción, le quitó todo el carácter al Ford Mustang convirtiéndolo en un modelo que había perdido gran parte de la atracción con la que la llevó al éxito. En Europa, Porsche ya estaba buscando alternativas del 911 creando a principios de los 80 los modelos de motor delantero 924,944,928 y el 968 (este siendo el último de esta generación de Porsches rupturistas).

Maserati Biturbo
El Maserati Biturbo Spyder era la elegante versión descapotable

La revista Auto Hebdo, en 1985, destacó de la berlina un motor elástico y potente, también así su capacidad de frenado. Por el contrario, la deficiente calidad del interior del habitáculo junto a la escasa capacidad del maletero fueron los aspectos negativos que encontraron en el Biturbo.

Maserati quiso darle predominancia a la moderna tecnología que incorporaba su motor, el usar doble turbocompresor. Heredado de los motores de la Fórmula 1, al tener dos turbos eliminaba la entrada bruta del par y lareducción de la inercia de las turbinas.

Un aire fresco tecnológico

Pero no solo la turboalimentación fue una novedad en la motorización, el biturbo incorporó un novedoso sistema llamado MABC (Maserati Automatic Boost Control). Esto no era más que una manera de expulsar los gases de escape fuera del circuito cuando el ordenador detectase una mayor presión de compresión. Gracias al MABC se mejoró la relación de compresión del motor y creando una respuesta a medios y pocos gases más llena.

Se le criticó a la suspensión por ser algo americana. A pesar del nervioso motor, el Biturbo entraba en las curvas rápidas oscilando más de lo que debería, ya que la intención era crear una berlina con marcada deportividad italiana.

El cambio era duro pero su configuración deportiva no se encontraba en la competencia: cambio ZF en H con la primera marcha hacia atrás.

En cuanto al rendimiento, el Maserati Biturbo destacaba por su aceleración (6.78 segundo 0 a 100 km/h) con una velocidad máxima de 217 km/h. El peso en vacío era de 1.159 kg, algo que a día de hoy echamos en falta por el creciente peso de la mayoría de los segmentos del mercado automovilístico.

Maserati Biturbo
Tabla de los modelos Biturbo. Fuente: http://www.maserati-alfieri.co.uk

A pesar del intento por mantener un precio ajustado…

En cuanto al precio, Maserati lo vendía en el mercado español por 5.057.000 pesetas en 1985. Por un millón y medio más de pesetas, el cliente que buscaba una berlina de lujo podría adquirir un Mercedes 500 SEC, este ofrecía un aspecto más serio pero su fiabilidad era indiscutible. Dentro del segmento de automóviles de 4 plazas de aspiraciones deportivas, el Porsche 928 S se ofertaba en España por 7.146.072 pesetas. El BMW 318 E21 se vendía en cambio por 1.543.776. A pesar de su parecido estético, la berlina bávara tenía un motor menos potente y un elenco tecnológico menor, pero le ganaba al Maserati en cuanto fiabilidad. De producción nacional el popular Seat 132 en su acabado más lujoso tenía un valor de 1.027.874 pesetas.

Aun habiendo reducido el presupuesto en elementos como el habitáculo, el precio lo hacía poco atractivo. El aumento incesable de las críticas sobre su mala fiabilidad y el número insuficiente de ventas, obligó a Maserati cesar la producción en 1994. Su supervivencia, a pesar de todos los problemas, fue gracias al mercado americano donde encajaba mejor este modelo incomprendido.

La fiabilidad, su talón de Aquiles

A pesar de ser aparentemente una berlina con tintes deportivos, el mantenimiento de elementos del coche como su motor requerían cuidados especiales.  Si a esto se le suma una mal tratado anticorrosivo al chasis y a un interior de mala calidad, se ha convertido para muchos amantes de los clásicos una auténtica pesadilla.

En cuanto a la mecánica, el motor está hecho a prueba de bombas si se le ha tratado con un mantenimiento correcto. Muchas unidades que se encuentran en el mercado de segunda mano han recibido un cuidado más que dudoso y los dueños se los han ido sacando de encima por no haber previsto los gastos necesarios para su puesta a punto. La reconstrucción de su motor cuesta alrededor de la escalofriante cantidad de 8000€, precio del cual se mueven la mayoría de unidades en el mercado de ocasión

El cambio manual, ya sea ZF o posteriormente de Getrag, no supone una excesiva fuente de problemas ya que su diseño aguanta bien el alto par del Biturbo. La mala fama de la electrónica en los coches italianos de los 80 y 90 se hacen realidad en este coche, se precisa una revisión exhaustiva por la mala calidad de su instalación.

Pero no todo es oscuridad en el apartado de mantenimiento del Maserati Biturbo, comparte piezas con algunos Fiat, Alfa Romeo y Lancia. A pesar de esta ventaja, hay que asegurarse que las piezas sean compatibles, aunque tengan una apariencia idéntica no siempre se pueden servir en este modelo. Componentes del cambio ZF, por ejemplo, son parecidos a varios modelos italianos, pero no sirven para el Biturbo.

“Il bidone”, todo un Maserati

No obstante, el Maserati Biturbo aportaba el espíritu que todo buen coche con aspiración deportiva italiano tiene. Un motor excelente que ofrece al conductor un sonido nada frío, que invade todo el habitáculo para deleite de sus ocupantes.

Una berlina que requiere la atención del conductor por ser de propulsión nerviosa. BMW y Mercedes ofrecían coches más estables, pero no por ello el Biturbo era un coche difícil de conducir.

A pesar de recibir por los italianos el apodo de “Il bidone” (el cubo), por su bajo precio, está empezando a tener cada vez más una mayor consideración en el mercado de segunda mano, siendo cada vez más caro adquirir un Biturbo.